Dice que había un gran grupo de ranas que siempre iba a divertirse al bosque. Todas cantaban y saltaban hasta que caía la noche. Permanecían muertas de la risa y nada las separaba.
Un día, en su salida acostumbrada, fueron a conocer un bosque nuevo. Estaban en sus juegos cuando tres de ellas cayeron en un profundo foso del que ninguna se había percatado. Las restantes se conmocionaron. Miraron hacia el fondo del foso y vieron que era demasiado profundo.
“Las perdimos”, dijeron.
Apenas avanzaban un metro y volvían a caer.
Las demás comenzaron a comentar que sus esfuerzos eran inútiles.
¿Cómo iban a lograr escalar una pared tan alta?
Era mejor que se resignaran. No había nada que hacer.
Dos de las ranas escucharon esos comentarios y comenzaron a rendirse.
Pensaron que las demás tenían razón. La tercera rana, en cambio, siguió subiendo y cayendo, pero tras un par de horas, consiguió salir a la superficie. Las demás estaban asombradas.
Una le preguntó: “¿Cómo lo lograste?” Pero la rana no contestó.
Era sorda.
El Secreto detrás del cuento
Cuando se trata de cumplir un sueño, lograr una meta, es importante, muchas veces, dejar de escuchar las ideas “bien intencionadas de los demás y seguir tu intuición, considerando que, los comentarios, sugerencias y consejos de otros solo son opiniones derivadas de las propias proyecciones de las personas y no siempre dan en el blanco y pueden detener tu avance.
Soy Carla Mendozs Sodi, coach, escritora y expeta en técnicas psicoenergéticas. Sígueme en @desestresate